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Ray-Ban Stories Wayfarer, las gafas geek que Foucault consideraría una terrible amenaza biopolítica

  • Foto del escritor: Carolina Ageitos
    Carolina Ageitos
  • 10 nov 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 13 nov 2022

Ray-Ban Stories Wayfarer son el fruto de la colaboración entre la red social Facebook y la marca de gafas Ray-Ban, con la que ambas empresas se adentran en la tecnología cotidiana utilizando uno de los modelos de lentes más populares de la marca de origen italoamericana. ¿De verdad alguien cree que esto ha sido una buena idea?



Ray-Ban Stories no son unas gafas de realidad virtual o realidad aumentada, si no unas gafas de sol de 'apariencia normal' con una escondida tecnología interna. Con ellas puedes grabar imágenes y vídeos de corta duración para postear en redes sociales, capturar sonido a través de unos micrófonos camuflados en ambas patillas, realizar y recibir llamadas, escuchar música y, desde esta semana, conectarse a la aplicación WhatsApp. El uso habitual de una gafa y la conexión con el universo virtual son ya un todo.

The LookOut Art Print, por el artista digital nicebleed (2010)

Vivimos en una sociedad que experimenta una continua pero esquizofrénica evolución en la manera de establecer relaciones sociales, éstas siendo cada vez mucho menos tangibles. Establecer una 'guerra' contra la tecnología no es la solución, sin embargo es innegable que tendría que existir una conciencia mucho más amplia acerca de sus ventajas e inconvenientes. Desde luego, el nuevo producto de Ray-Ban es el perfecto ejemplo de cómo llevar la 'supuesta' innovación a un extremo de hipervigilancia, tan peligroso como innecesario.


¿Acaso nadie ha pensado en lo terrorífico que es el hecho de que un usuario lleve encima unas microcámaras imperceptibles a simple vista, las cuales puede accionar cuando quiera, y la pérdida de privacidad que ello conlleva para las personas a su alrededor?



Portrait of Michel Foucault, por el artista Ulku Yilmaz (2017)

Es inevitable no pensar en las teorías del filósofo Foucault, una de las figuras más importantes en el estudio de la sociología del siglo XX, quien reflexionó durante los años 60 acerca de la política del poder y cómo ésta influye en el comportamiento humano a nivel individual, pero especialmente en sociedad. En su publicación Vigilar y Castigar estudia los métodos de control y la microfísica del poder presentes en la sociedad a través del análisis evolutivo de las disciplinas punitivas, la vigilancia, la productividad y otros aspectos que determinan el funcionamiento social, remontándose al siglo XVIII hasta el siglo XIX. El pensador creía que las nuevas formas liberales de gobierno, surgidas a partir del siglo XVIII, respondían a la intención del Estado de regular y hacer eficiente la vida, a diferencia de la soberanía anterior cuya preocupación se centraba en el control del territorio.


Cierto es que en la época de Foucault no existía Internet, sin embargo la aplicación de sus aportaciones para estudiar los nuevos fenómenos contemporáneos ha ido migrando junto con la efervescente e imparable actualidad social, en concreto con el nacimiento de las redes sociales: espacios generados para que el público crea formar parte de una comunidad innovadora y estimulante, sin ser conscientes de lo que realmente conlleva aceptar su uso: control, consumismo, deseo, vigilancia y manipulación. A diferencia del régimen del soberano en donde se trataba de imponer leyes, en la tecnología liberal de gobierno las mismas personas son aquellas que 'libremente' orientan sus decisiones y sus formas de vida hacia los intereses políticos del nuevo sistema.


En otras palabras, consiste en la creación de las condiciones necesarias para que la población pueda gestionarse a sí misma, y para esto, hay que asegurar la libre circulación del deseo. Es decir, ya no se trata prohibir o de buscar la forma de decir 'no' al deseo -como sucedía en el régimen soberano-; se trata de encontrar la forma de decir 'sí'. La técnica de gobierno se traduce en la auto-producción del sujeto, que se vuelve un ‘empresario de sí mismo’, incorporando las lógicas del consumo en una dinámica de exigencia personal disfrazada de libertad; es el propio sujeto quien tiene el encargo de satisfacer sus necesidades y deseos individuales en beneficio de la razón de Estado, lo que rompe con las viejas tecnologías de poder soberanas.


Glosario de términos

Biopolítica

Biopoder


Un buen ejemplo cinematográfico para entender esta comparativa sería El Show de Truman (1998), una película analítica sobre aquellas reglas sociales y mecanismos a través de los que el poder opera, controlando y dictando al ser humano de por vida en su pensamiento, en lo que puede decir, imaginar y querer, y que a su vez conforman una ‘normalidad’ a ojos del mundo - a ojos de aquellos que quieran comprar las Ray-Ban Stories, ¿quizá?-.

Dibujo que representa el sistema panóptico

Precisamente en relación a los espacios de vigilancia constante, Vigilar y Castigar analiza la figura del panóptico (izq.), una arquitectura carcelaria ideada por el filósofo Bentham a finales del siglo XVIII, cuya estructura permitía la amplia custodia de los presos, funcionarios carcelarios y todo aquel que formaba parte de esa institución.


Foucault no lo describe únicamente como proyecto arquitectónico funcional, si no que desarrolla una teoría sobre el acontecimiento de ‘ver y no ser visto’; un sistema de dominación donde el dominado no se sienta como tal, donde el poder sea sutil, donde el sujeto no se sienta vigilado, aplicable en términos económicos, sociales, sexuales y psicológicos.



El sistema panóptico es aquel donde el individuo se considera a sí mismo libre aunque está siendo continuamente vigilado.


Ray-Ban Stories, ¿un producto del sistema panóptico disfrazado de innovación?


Tú decides.

 
 
 

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