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Mark Lanegan, la valentía de un alma herida envuelta en seda negra: In memoriam

  • Foto del escritor: Carolina Ageitos
    Carolina Ageitos
  • 20 abr 2022
  • 2 Min. de lectura
24 de octubre de 2019. 21:00 h. Santiago de Compostela. El primer -y último concierto- de Mark Lanegan al que tuve el placer de asistir. La ciudad compostelana recibió con los brazos abiertos al músico en una sala Capitol lista para disfrutar. El músico estadounidense visitó Galicia en este evento dentro del ciclo American Autumn -la más reciente había sido en 2016 en la ciudad de A Coruña- para iniciar el ciclo de conciertos en los que presenta su disco recién publicado, "Somebody's Knocking", un disco que nos transporta a épocas musicales pasadas lúgubres, electrónicas y palpables en las que se pueden encontrar notables influencias de grupos icónicos como Depeche Mode, Joy Division, The Stooges o New Order; este último recibiendo una especial dedicatoria en el estrenado álbum.


La banda inicia la venue con dos composiciones nunca antes interpretadas en vivo, "Disbelief Suspension" y "Letter Never Sent". A cada segundo que pasa, la voz entrecortada tan característica de Lanegan cobra fuerza y ​​llena la sala de magia. Su aura de 'crooner maldito', oscura, decadente y hasta lejana -sin embargo tan llena de vida y tremendamente melómana- hace las delicias del público.


Es el turno de "Nocturne", composición que forma parte de "Gargoyle", uno de sus discos mejor valorados. La banda interpreta con maestría la atmósfera aversiva, densa y áspera que caracteriza la composición, sonidos que se ven realzados por el vibrato vocal "perfectamente imperfecto" del estadounidense.


A pesar de no alcanzar la fama de la misma manera que otros de su época y movimiento musical, Lanegan dejó un legado clarividente en las nuevas formaciones new wave, con solo escuchar “Luminous” (2014) de los británicos The Horrors.


La "violencia débil" que guarda su creatividad es hipnótica, hasta el punto de que cerrar los ojos mientras ves el directo te transporta a otro lugar, a una América desértica, a extrañas noches bañadas en luces de neón y páramos desconocidos.


“Deepest Shade”, tema que podría marcar el momento romántico del baile ochentero de primavera característico de las típicos institutos estadounidenses, muestra la tierna faceta oculta de Lanegan, mostrando a los presentes que su habilidad vocal es moldeable, versátil y capaz de transmitir un amplio universo. de sensaciones.



Las letras de canciones como "One Hundred Days" recuerdan las letras complejas y brillantes de artistas como Leonard Cohen, y hablan de un compositor que guarda en su interior una mezcla de experiencias dicotómicas de dolor, pasión y nostalgia. Mark bien podría ser el compañero de vida de Charles Bukowski, compartiendo noches interminables de tabaco y whisky. (¿Coincidirían en persona en alguna ocasión?).

'El sauce se dobla al final del día, y el crepúsculo vuelve a caer sobre el divertido canto de un mirlo… Como ya no quedan buenas razones, seguiré haciendo lo mismo: pensar en ti… Como una larga temporada de lluvias, seguiré pensando en ti.' - 100 days, Mark Lanegan -

El setlist elegido por la banda no decepciona: un gran porcentaje de las canciones son del nuevo disco, pero temas míticos de su discografía como “Bleeding Muddy Water” hacen vibrar a todos los espectadores. Sin duda, una visita inolvidable para la ciudad de Compostela.


Ilustración: Oliver Munday; The Atlantic

Fotografías: Revista Balea Cultural

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